Skip to main content

Zaragoza acogió el pasado viernes, 7 de noviembre, el acto de entrega de la decimocuarta edición del Premio Josep Albert Mestre a la Investigación para la Mejora de la Calidad Educativa, convocado por la Confederación de Escuelas de Artes Plásticas y Diseño (CEA), que reúne a centros de todo el país. En esta edición, la Escuela de Arte y Superior de Diseño de Corella (EASDi) obtuvo el Primer Premio a la Innovación Docente 2025, un reconocimiento de ámbito nacional por el proyecto Artjacking for a Better World, coordinado por la profesora Ana Alonso Casas. 


El trabajo, desarrollado con alumnado de los Ciclos Formativos de Grado Medio de Asistencia al Producto Gráfico Impreso e Interactivo, propone una reflexión crítica sobre la apropiación artística como herramienta pedagógica y como medio para repensar las imágenes del presente.

Tras la entrega del galardón, conversamos con Ana Alonso sobre el proceso, el sentido del proyecto y el valor de este reconocimiento para las enseñanzas artísticas. La EASDi, una de las escuelas más pequeñas del país e integrada en la Confederación de Escuelas de Artes Plásticas y Diseño, representa la fuerza de las enseñanzas artísticas en contextos rurales: un ejemplo de cómo la innovación y la excelencia también se gestan lejos de los grandes núcleos urbanos.

¿Cómo viviste la entrega del premio en Zaragoza?
Muy feliz. Tuve la gran suerte de asistir en compañía de Noel Goñi, quien ha formado parte del proyecto desde el inicio en noviembre de 2023. Juntos hemos visto culminar algo que nos ha costado mucho esfuerzo sacar adelante. Además, contar con la presencia de Laura Sáez, como directora de la EASDi, fue especial: su apoyo ha sido constante y sentirla allí, representando a toda la escuela, dio aún más sentido al premio. Me hubiera gustado mucho también contar con la presencia de Laura Sebastián y Ricardo Laspidea, porque el reconocimiento también es suyo. Los tuve presente durante todo el día y cerré mi discurso dándoles las gracias. Después, a través de las redes, me llegaron mensajes de enhorabuena del antiguo alumnado –algunos estaban en el público y nosotros sin saberlo–, lo que hizo el día todavía más emocionante.

¿Qué destacarías del ambiente o del nivel de los proyectos premiados?
El ambiente fue muy positivo y enriquecedor gracias al intercambio con gente que comprende lo que se hace en una Escuela de Arte y lo que significa trabajar en ella. Nos quedamos con la boca abierta al ver las instalaciones de la Escuela de Arte de Zaragoza y la exposición en el hall de entrada con todos los proyectos presentados a los Mestre. En cuanto al nivel de los proyectos docentes, habrá que esperar a que se publiquen en la web de la CEA. Sí pudimos disfrutar de los proyectos de las alumnas que hicieron una presentación. El nivel es alto y tenemos que animar a nuestro alumnado de la EASDi a participar, porque sin duda tenemos mucho que aportar.

¿Cómo resumirías Artjacking for a Better World en una frase titular?
«La apropiación como herramienta para pensar el presente».

¿Por qué la apropiación artística puede ayudar a mejorar el mundo? ¿Qué sentiste?
La apropiación artística, en el fondo, es una metáfora de lo que intentamos hacer como docentes y como creadores: tomar lo que ya existe, comprenderlo, transformarlo y darle un nuevo sentido. «Jaquear el arte para crear un mundo mejor» simboliza eso mismo: que el cambio no siempre llega desde lo nuevo, sino desde la capacidad de reinterpretar lo que ya está ahí. Es un acto de rebeldía y de esperanza a la vez. A través del arte, podemos hackear la realidad para imaginar un mundo más justo y más consciente.
En un momento en el que estamos saturadas de información y de imágenes, aprender a reapropiarlas de forma crítica y creativa nos da poder. Nos convierte en agentes activos y no solo en espectadores. Esa capacidad crítica es la que puede generar cambio social y más si se hace desde los primeros niveles de estas enseñanzas, porque no podemos olvidar que lo han llevado a cabo las alumnas y alumnos de los primeros cursos de ciclo formativo de Grado Medio en Asistencia al Producto Gráfico Impreso y Asistencia al Producto Gráfico Interactivo.
Sentí una mezcla de emoción, orgullo y gratitud. Fue una sensación de cierre y de comienzo al mismo tiempo: de ver recompensado el trabajo y el esfuerzo de todo un equipo, y también de confirmar que estamos en el camino correcto. Sentí mucho agradecimiento hacia mis compañeras y hacia el alumnado, porque sin su implicación y entusiasmo este proyecto no habría sido posible.

¿Qué aprendizajes o conclusiones te dejó el proceso de trabajo?
Que el trabajo en equipo es fundamental y tener la suerte de que tus compañeros te acompañen en esta “locura” es un privilegio. Es imprescindible contar con personas que valoren el esfuerzo y disfruten del trabajo bien hecho. Aquí se mezcla vocación, inconsciencia y perseverancia. Este proyecto ha salido adelante con estos resultados gracias al trabajo y la implicación de docentes y alumnado. Sin su esfuerzo, dedicación y talento no habríamos brillado; y lo hicimos en equipo.

¿Qué representa para ti este reconocimiento dentro del panorama educativo del diseño?
Más que del panorama educativo del diseño hablaría del panorama educativo de las Enseñanzas Artísticas en general y las Escuelas de Arte en particular. Estamos en un momento crucial para nuestras enseñanzas: necesitamos que la sociedad sepa lo que hacemos, porque somos necesarios para avanzar como sociedad y enfrentar los retos presentes.
Con una IA devorando cada proceso creativo, las artes y la creación artística son lo que nos diferencia. Hemos recogido este primer premio con agradecimiento y orgullo, como Escuela de Arte que se abre al mundo colaborando con otras escuelas, poniendo el foco en la creación artística con perspectiva histórica y reflexionando sobre problemáticas sociales actuales.
Este reconocimiento es doblemente satisfactorio en un contexto en el que la Historia del Arte lucha por mantener su espacio en los planes de estudio. Las Enseñanzas Artísticas Profesionales son hoy el único ámbito educativo donde esta disciplina sigue viva, y desde ellas demostramos que conocer la historia no es mirar atrás, sino abrir vías para la experimentación y la innovación.

¿Cómo crees que se percibió a la EASDi dentro del conjunto de escuelas participantes?
Como una escuela pequeña, pero inmensa en energía y compromiso. La Escuela de Arte y Superior de Diseño de Corella, la más pequeña de España y situada en un entorno rural, encarna precisamente esa resistencia: una escuela que, a pesar de la distancia y las dificultades, sigue defendiendo su identidad y demostrando que la creación y la reflexión pueden florecer lejos de los grandes núcleos urbanos.